Entre los caminos polvorientos y los trillos de los campos de las zonas más rurales sobresale una de las historias más interesantes que he podido escuchar sobre los pájaros, se trata del Cuyeo (Nyctidromus albicollis), una especie nocturna que ha inspirado un leyenda llena de misterio y particularidad, que hasta el día de hoy se escapa entre las conversaciones de las personas adultas mayores de las comunidades. En esta ocasión, hablaremos sobre un ave que pierde a las personas en las montañas.
El mito narra que este animal se le suele aparecer a los viajeros durante las noches en medio de los caminos y con su sonido hipnotizante los atrae poco a poco, para irlos perdiendo por rutas desconocidas para las personas. Para cuando las víctimas reaccionan, se encontrarán perdidas en lo más profundo de la selva y será extremadamente difícil volver a encontrar el camino a casa. Por lo que existe una connotación negativa hacia esta especie.

De la fantasía a la realidad: Esta ave que también se le conoce como tapacamino o chotacabras en algunas regiones (Common Pauraque en inglés), es una especie con un comportamiento nocturno o crepuscular, que suele alimentarse de los pequeños insectos que encuentra en los bordes de los caminos y charrales. Sumado a lo anterior, es muy común observar a este pájaro “huir” de las personas cuando estas se acercan a él. No obstante, solo suele alejarse unos cuantos metros, por lo que pareciera que incita a los viajantes a seguirlo en una especie de juego de atrapadas. Esta conducta, pudo haber sido la inspiración para el mito anterior, ya que al intentar una persona atrapar a esta ave, poco a poco se irá desviando de su camino y terminaría perdiéndose.

La realidad es que no existe maldad alguna en esta ave, sino se trata de una interpretación biocultural que las comunidades rurales de Centroamérica y México han otorgado a esta especie debido a su comportamiento. Tanto así, que hasta el mismo nombre Cuyeo tiene un origen Onomatopéyico (nombre otorgado por el sonido que emite un ave: escuchar) y su otro nombre tapacamino marca su origen en la conducta de este tipo de especie.
Antes de despedirme, les comparto un cuento para niños (imagen 3) que diseñamos tomando como base este mito y que pretende contribuir con la educación ambiental en zonas rurales. Espero que les haya gustado esta pequeña historia y que los inspire a buscar cada una de las 15 especies de chotacabras que tenemos en Centroamérica. ¡Que los cuyeos también sean parte de tus viajes por los caminos rurales!

Cuéntame, ¿habías escuchado esta historia en tu comunidad?
Muy buena la historia, me llamo mucha la atención porque es una historia que he escuchado muchas veces de boca mi madre, pues ellos antes vivían dentro de la montaña.
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Increíble Michael, me alegra que te identificarás con la historia y que te la haya transmitido tu familia, esas historias son muy valiosas para la identidad de un pueblo
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Hola Diego, qué interesante historia. Mi nombre es Jorge y manejo un sitio periodístico centroamericano (estamos basados en Guatemala). Me preguntaba si nos dejás compartir esta historia en nuestro sitio, ya que nuestro contenido está enfocado en conservación, medio ambiente y desarrollo sostenible.
Mi correo es jorge@revistaviatori.com. Estamos en contacto.
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Hola Jorge, claro para mí sería un placer, en lo que pueda ayudarte me puedes contactar al correo godiercalvo@gmail.com un abrazo desde Costa Rica
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